Capítulo 8

Habían pasado meses desde que Matilda había intentado sabotear a Grachi en todo lo que podía.
Un día, Grachi solo estaba comiendo con su papá cuando su sándwich se transformó en una rata. Todo el mundo gritó y ella tuvo que hacer un conjuro para que los demás olvidaran lo que habían visto.

Daniel seguía hablándole e incluso, ya se habían dado su primer beso. Eso era algo que Grachi nunca olvidaría. Sobre todo porque los labios de Daniel sabían a caramelo y también, porque cuando iban a besarse por tercera vez, Daniel empezó a hablar en alemán.

También tuvo que hacer un conjuro. De hecho, dos. Uno para que Daniel volviera a la normalidad y otro para que no recordara absolutamente nada de lo que había pasado.

La paciencia se le estaba agotando. Al igual que la energía y las ganas de controlarse con Matilda.

Comentarios

Entradas populares